lunes, 10 de marzo de 2008

NOCHES DE INSOMIO

A mi Asturianina del Alma

La primera vez que la vi, me enamore perdidamente de ella, mi corazón empezó a latir de tal forma que sentí que se me escapaba por el pecho....

Y pase mi primera noche sin dormir pensando solamente en ella.

Había descubierto el amor, y a pesar de que eran sensaciones extrañas, me sentía bien…. me envolvía un grado de euforia que no sabía muy bien cómo explicar.
Coincidía con ella todos los años en unas convivencias cristianas que hacíamos en Semana Santa, un año dichas convivencias se celebraron en nuestro pueblo, yo por aquel entonces estaba en Salamanca realizando el servicio militar así que decidí asistir con una amiga mía de Salamanca. Ese año, creo que me tome las convivencias más en serio que en las anteriores y un día antes de que estas finalizaran, mi gran amor tuvo que irse, al encontrármela por el pasillo me dijo -tengo que irme ya - entonces sonrió y me beso. Tan solo fueron un par de besos en la mejilla, aunque el del lado izquierdo rozo la comisura de mis labios,... y entonces creí ver las estrellas, ¡nunca antes me había besado! y para mí, fue todo un triunfo.

Aquella noche no pude dormir pensando en aquellos maravillosos besos que a tanta gloria me supieron. Quise detener el tiempo y hacer que aquel momento durara una eternidad.....

Era verano y ella cumplía años, no tuve mejor idea que regalarle un ramo de rosas rojas, y más exactos aun, una por cada año que cumplía, todas ellas en un cesto de mimbre, quería que se las entregaran a las 8 de la mañana (era sábado, así que supuse que la despertarían para recibir dicho ramo). Sería un buen despertar...
Más tarde supe por su madre que en el momento que recibió las flores se emociono bastante y que no se esperaba que las enviara yo, con lo que conseguí que la sorpresa fuera mayor. Nunca me había atrevido a decirle directamente que me gustaba, pero ella sabía que me gustaba bastante, (se lo hice saber indirectamente por amigos y amigas comunes) pero ella siempre estaba distante....

Un par de meses más tarde, coincidí personalmente con ella en las fiestas del pueblo, había sido elegida Reina de las fiestas, me acerque a ella y la felicite por su nombramiento. Entonces ella me dijo -me encantó el ramo de flores que me enviaste el día de mi cumpleaños quiero invitarte a tomar algo- yo insistí que no hacía falta, aunque mi corazón me decía justamente lo contrario (deseaba con todas mis fuerzas, estar un rato a solas con ella).
Al final mi corazón pudo más, y decidimos ir a tomar algo juntos... en un momento determinado me arme de valor y dije casi con palabras atropelladas y tímidamente -¿quieres salir conmigo?- ella me miro asombrada, pasaron 2 o 3 seg. que a mí me pareció una eternidad y de repente ella exclamo –no puede ser, estoy demasiado centrada en mis estudios-....

Se desmorono mi mundo, y acepte el "no" de su respuesta, lo más entero que pude, comprendí su razonamiento aunque podía intuir que no era la única excusa. Agradecí interiormente la sutilidad empleada por ella en su respuesta.
Con cara de bobo, intente continuar una conversación coherente, cosa que conseguí a duras penas con un tremendo esfuerzo, ya que en mi mente solo me preguntaba una vez y otra ¿Por qué?..... ¿Son realmente los estudios, o es algo más?.....

Y esa noche cumplí mi tercera noche entera sin dormir pensando en ella… esta vez con lágrimas en los ojos.

El dolor me empezaba a rasgar el corazón dejando que brotaran lagrimas de sangre tan profundas que no hacían más que producirme cicatrices en el alma, quise morir....

Después de aventurarme con diferentes amores que ninguno me llenaba, ni me complacía lo suficiente..... Hubo tal vez uno, que por un momento me pareció que iba a borrar esa huella imborrable que mi primer amor me dejo, pero todo se fue al traste y no supe cómo reaccionar, estaba perdido buscando algo que con seguridad no encontraría en otra persona. Rodeado de gente, de amistades, de familia, pero sin embargo me sentía demasiado solo.

Seguí buscando el amor que ella me había negado y entonces encontré la persona que creía que podría curarme de ella, así que enamorado de nuevo, lo suficiente como para dar un paso importante decidí casarme.
Cuando llego el día de mi boda, mis hermanas, familiares y amigos llegaron unas horas antes del evento y entonces mi hermana me contó que sabía que mi gran Amor al enterarse que me casaba se entristeció muchísimo, hasta el extremo de llorar.
Mi hermana no quiso decirme como sabia realmente eso .Tampoco me mostro pruebas que certificaran la veracidad de sus palabras. A todo mi interrogatorio, mi hermana se negaba una y otra vez. Tan solo exclamaba – Porque lo sé, yo no tengo por qué mentirte-
Lo más gracioso de todo esto es que mi hermana me lo comunico cuando faltaba menos de una hora para casarme. La sangre se me helo, me quede sin voz, y no supe que decir.

Para más INRI mi hermana me espeto –no quiero que te puedas arrepentir toda la vida-

En fin ahí estaba yo, mas perdido que un pulpo en un garaje, y mi mente procesando millones de datos por segundo, ¿Qué hacia? Mandaba toda mi boda al traste porque mi corazón me decía que no había sido paciente con mi gran amor.... que no supe luchar lo suficiente.... o por otra parte ¿seguía adelante con la boda y perdía a mi primer y gran amor?.... ¿Y si no era cierto lo que me contó mi hermana?.....pero ¿Y si era verdad?.....

Decidí casarme.... en plena comida recordé todo esto y no pude evitar llorar...., todo el mundo me preguntaba si me pasaba algo, yo decía -que era porque estaba muy feliz- tan solo mi hermana comprendió el verdadero motivo por el cual yo lloraba.

Y otra noche más sin dormir, y no precisamente por cumplir con el sagrado sacramento del matrimonio....

Pero como la vida es cruel y caprichosa, no podía terminar aquí la historia…..unos años más tarde mi hermana mayor se casaba en Asturias, quiso el destino que mi gran amor, se casara el mismo día, en el mismo pueblo, unas horas después que mi hermana,....

Pero no quiso el destino que el golpe en mi corazón fuera frágil, ya que por la noche, cuando estábamos de fiesta en la discoteca mientras me pedía un cubata, vi entrar a mi primer y gran amor con el vestido de novia aun puesto,....

Me la encontré de cara a tan solo unos pocos centímetros de distancia, casi rozamos nuestras caras, cruzamos las miradas,.... ni una sola palabra.....
Y entonces una mano invisible apretó mi corazón con tal fuerza que sentí como si muriera en ese preciso instante…. me aferré a la barra sudoroso, no pude levantar la cabeza, mis lágrimas ya empezaban a recorrer mi cara….

Y esa noche tampoco pude dormir.... esta vez por los efectos del alcohol que había digerido tras verla allí tan guapa.

" El encanto de saber que estas a mi lado aunque sea en mi pensamiento, me hace sentir fuerte ante la adversidad, pero sobre todo, me hace recordar que aun te amo”